Una prioridad de nuestra atención pastoral

Una interrogante esencial es¿cuál debe ser «la prioridad más urgente» de nuestra atención pastoral? La respuesta está condicionada por el país y el momento, la Iglesia y las capacidades de personal, el influjo del magisterio del Santo Padre, las necesidades de la humanidad y las carencias locales. La prioridad es: subir el techo dela espiritualidad de los cristianos.

Un preámbulo para situarnos en cómo veo las cosas. La tendencia cuando decimos misión ad intra se piensa en losservicios de la comunidadestasson«actividades» necesarias para el funcionamiento de varias tareas. La misión ad intra es mucho más abarcadora requiere promover el fondo interior de cada bautizado. Según plantea el sacerdote francés psicopedagogo André Rochais¹…“Dónde alcanzar a la persona para que —se desencadene— el proceso de crecimiento [de su personalidad] y de puesta en orden [de sus funcionamientos]”. La primera idea es básica –dónde alcanzar al hombre-que tiene un lugar que si logra descubrir permite un desarrollo y una puesta en orden de la persona. Su principio fundamental: el fondo del ser, ahí donde está lo positivo.

La gran tentación de nuestra Iglesia es la actividad en el medio social, procesiones con la imagen patronal y el Vía Crucis del viernes santo,las preparacionespara las visitas de los tres Papas, el encuentro de Jóvenes en 2016, el Genfest de los Focolares de 2018 entre otros. Aprecio lo valioso de estas actividades ad extra,pero estas acciones requieren complementar la tarea de fomentar la espiritualidad. Toda pastoral es conveniente, sea externa, sea de los servicios comunitarios,se debe priorizar:la atención grupal y personalizada para promover la espiritualidad.

Llamo la atención pues en otros tiempos se le llamaba “la vida interior”. En la Acción Católica se denominaba “piedad”. La atención de los sacerdotes y religiosos/as, consiliarios de las asociaciones laicales estaba centrada en: la vida espiritual. Hace unos años un ilustre sacerdote expresaba en su homilía: “ya los curas no hablamos del cielo y del infierno, del pecado y la confesión, del estado de gracia para poder comulgar”. Si no se enseña… ¿Qué podemos esperar?

Veamos el concepto de espiritualidadque quiere decir “elevación de los sentimientos, pureza en la vida, fe, amor a los demás, caridad, humildad ante Dios y respeto profundo a los dones recibidos”. La dimensión espiritual es muy amplia, ejemplos disfrutar de una obra de arte, contemplar un atardecer. Segundo Galilea la aplica a la fe cristiana“La esencia de la espiritualidad es el seguimiento de Cristo bajo la guía de la Iglesia. Hablar del seguimiento de Cristo es hablar de conversión”. Jesús Espeja,dominico, expresa: “La salud de la vida cristiana es garantizada cuando discurre según la jerarquía de valores que practicó de modo único Jesús de Nazaret. El seguimiento se hace verdad si «re-creamos» esos valores en nuestra propia conducta”.

Una precisión interesante deLeón Klenickirabino judío argentino: “Entiendo por religiosidadun fervor por lo sagrado, un hacer realidad la experiencia de Dios, el sentir esa experiencia en la vida diaria, en el trabajo, en la calle, en el ómnibus lleno. A la pregunta de, en qué consiste lo santo… Lo santo es lo sagrado, el esfuerzo humano de profundizar la vida en su significado máximo, un denuedo que no siempre alcanzamos perdidos en lo cotidiano sin aparente sentido”.

Urge potenciar e iniciaruna línea de atención más concretapara «fomentar» la espiritualidad o religiosidad en los que están y en los que llegan. La misión ad intra necesita profundizar el componente“vida interior”.Citoa varios entendidos.Cognet:Encontramos en los místicos esta idea «Dios está presente en lo más íntimo de los seres» y por consiguiente, lo encontramos en nosotros mismos”.Santa Teresita del Niño Jesús expresó: “Comprendo y sé por experiencia que el reino de Dios está dentro de nosotros. A Jesús no le he oído nunca hablar, siento que está en mí en cada momento”. Kart Rahner,teólogo alemán, expuso en 1965… “el cristiano del siglo XXI tendrá que ser un místico o no será cristiano, es decir, alguien que haya experimentado a Dios”.

IvesCongar,teólogo dominico y uno de los ponentes de la Teología del Laicado,escribió en 1967… “Nuestras iglesias están todavía llenas de paganos que van a misa, gente que observan las leyes de Dios, del culto, pero que carecen de «fibras cristianas en su misma humanidad». La Sagrada Escritura está a punto de jugar un papel absolutamente decisivo en esta constitución de fibras de un hombre cristiano”.Santiago del Cura nos enseña un criterio básico: el presente y el futuro depende mucho del aporte de “cristianos habitados por la experiencia religiosa, pues solamente los «habitados» serán capaces de trasmitir el gusto por la realidad de Dios”.

Profundicemos en cuanto al tipo de fe. Raimon Panikkarbrinda una buena explicación: “La experiencia de Jesús para el cristiano es la experiencia de Jesús resucitado, esto es, del Cristo vivo. No es una experiencia histórica, sino transhistórica, personal e intransferible […] Es el acto de fe el que actualiza esta experiencia de lo inefable, que para los cristianos se realiza «en y a través de Cristo»”. Añade… “La experiencia de Dios es la raíz de toda experiencia. Es la experiencia en profanidad de todas y cada una de las experiencias humanas: del amigo, de la palabra, de la conversación. Es la experiencia subyacente a todas las demás experiencias humanas”.José L. Martín Descalzo expresó una idea vital: “Sólo un mundo de hombres cambiados, será un mundo cambiado”

Hace falta profundizar en «la espiritualidad»tomada en cuanto a la personal y en la comunidad a que pertenecemos desarrollar la eclesiología de communio. Las fibras cristianas que se desarrollen en lo profundo del ser es la aspiración siempre buscando el fondo para bien, un detalle: atender el sentir ese fervor sagradonos viene bien.

Nota. Segundo Galilea y Jesús Espeja pasaron varios años en Cuba. Santiago del Cura, conferencia en La Habana, 2002

  1. André Rochais. La Persona y su crecimiento. Fundamentos antropológicos y psicológicos de la formación PRH. PRH Internacional. Madrid, 1997
  2. LeónKlenicki. “¿Religión o religiosidad?”. enrev.Crecer. Acción Católica Argentina. Año 65, no. 1, 1995, 38-43
  3. Segundo Galilea.El seguimiento de Cristo. Ediciones Paulinas. Bogotá, Colombia, 1986,
  4. Jesús Espeja. La espiritualidad cristiana. Aula ‘Fray Bartolomé de Las Casas’ 2004, p 99
  5. IvesCongar. Los caminos del Dios vivo. 14 Espiritualidad. Estela. 1967, 56
  6. Santa Teresita en: GuyGaucher. “Un realismo que excluye todos los errores de la gnosis”. en rev30 Días. Año XI n.121, 1997, p 47
  7. Santiago del Cura. “El hombre ante el misterio de Dios”enEl hombre ante Dios. Entre la hipótesis y la certeza. Univ Pontifica e Salamanca. 2003, p 34
  8. Raimon Panikkar. Iconos del misterio. La experiencia de Dios. Ed. Península, Barcelona, 3ª.  Ed. 1999
  9. José L. Martín Descalzo. Vida y misterio de Jesús de Nazaret II. El mensaje. Ediciones Sígueme. Salamanca, 1997

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