Una mirada diferente a la economía

Por: MSc Claudia María González Slovasevich y Lic Angélica María González Slovasevich

En pleno siglo XXI se agudizan las contradicciones entre los sistemas políticos que marcan la calidad de vida, las relaciones sociales y el bienestar ambiental dirigiéndose mayoritariamente hacia un elevado empobrecimiento material y espiritual de los individuos, sus comunidades y entornos, es la economía método para acrecentar las desigualdades, pero también metodología liberadora, capaz de
despertar conciencia crítica y promover el desarrollo socioambiental tan necesitado.

Del término griego oikonomía (administración de la casa) analiza el problema de la escasez de los recursos y los deseos ilimitados de la humanidad; sin embargo, desde su comprensión holística es el estudio profundo del ser humano, sus motivaciones, decisiones, intereses y comportamientos. Pensar en la economía de manera reduccionista nos permite abarcar la pobreza exclusivamente desde el PIB (producto
interno bruto) de cada país, pero si manejamos una comprensión integradora nos posibilita una mirada analítica a los estilos de vida, a las ideologías, a los poderes políticos, a la cultura, a las religiones… donde realmente se mueven las decisiones, prácticas y seguros de la economía.

Entre los principales economistas, se encuentra Adam Smith, con su polémica teoría de la mano invisible, donde los individuos tienden al interés colectivo cuando se guían por su propio interés. Es precisamente durante la Revolución Industrial que trajo consigo un avance extraordinario a escala tecnológica y una especialización del trabajo que impulsó la producción, donde se evidenció firmemente la teoría porque la búsqueda del propio interés de la minoría acreedora de tierras, fábricas, empresas y otras formas de producción se superponen sobre las pequeñas capacidades, bienes y ganancias de la mayoría (egoísmo) y desató un desarrollo aún más despiadado, donde el hombre y la mujer se convirtieron en medios para obtener ganancias sin importar el costo en su calidad de vida.

Diferentes corrientes económicas defienden cada vez más esta perspectiva de la Teoría de la mano invisible, el egoísmo como motor de la sociedad, sin embargo, autores como Carrillo destacan la falsa interpretación de las obras ¨ La teoría de los sentimientos morales¨(146) y ¨ La riqueza de las naciones¨(153) donde se exponen la misma teoría, existiendo rupturas y siendo un economista muy marcado por su visión de Dios, la justicia, las virtudes y la benevolencia. Como planteó Smith (citado en Carrillo, 150):

Solo mediante actos de caridad y amor podíamos imitar, en lo que nos cabía, la conducta de Dios y expresar nuestra humilde y devota admiración por sus perfecciones infinitas, y al alentar en nuestras mentes el mismo principio divino podíamos hacer que nuestros afectos se pareciesen más a sus santos tributos y se transformasen por ello en objetos más propios de su amor (…)

Carrillo plantea como ambas obras estaban concatenadas y forman parte de un proyecto que no culminó y donde varía la idea más optimista (Teoría de los sentimientos morales) y negativa en cuanto a la corrupción moral (Riqueza de las Naciones) pero esta tensión se resuelve recurriendo a Dios, para superar el egoísmo humano (159).

Son muchas las escuelas de pensamiento económico que a lo largo del tiempo han desarrollado diferentes teorías y han centrado su estudio en campos específicos de esta ciencia social, sin embargo, algunas teorías y leyes han perdido el centro de su estudio: el ser humano como motor de explotación y medio explotado, deshumanizado, cosificado y alienado de sus verdaderas necesidades e intereses.

Existen diferencias en la forma en que se conciben dos expresiones: vivir mejor o buen vivir, la primera está centrada en el individualismo, inequidades, consumo ilimitado y desequilibrado, sin embargo, cuando se piensa en buen vivir, es la búsqueda de la experiencia comunitaria, el equilibrio con la naturaleza, el respeto por la vida en sus diferentes formas y expresiones, la sensibilidad, la espiritualidad, la
trascendencia y la filosofía popular.

Al respecto Schumacher, se refiere a la actitud depredadora de la humanidad que termina convirtiendo en necesidad algo que para nuestros antepasados era un lujo, la deshumanización, la institucionalización del individualismo, de las relaciones superficiales y
los costos de la destrucción a la naturaleza.

Ante esta situación, Rojas et al., plantea el surgimiento de diferentes sistemas alternativos dentro de las ciencias económicas como el feminista, circular, ecológico, comunitario, el buen vivir, entre otros. Cada uno de ellos buscando reorientar las ciencias económicas y resignificar el papel del ser humano dentro de los sistemas económicos, pues cada una de estas variantes constituyen logros colectivos de grupos que fueron marginados y explotados.

Ante los cuestionamientos sobre el desarrollo surge el término de buen vivir, al respecto Acosta refiere ¨(…) es un camino que debe ser imaginado para ser construido (…) una oportunidad para construir colectivamente nuevas formas de vida¨ (309), Chan y Castillo plantean que ¨(…) surge como una alternativa al paradigma desarrollista occidental y se nutre de la cosmovisión de los pueblos originarios del sur (Rojas, 46). Acosta lo relaciona con la armonía y el equilibrio en la vida del ser humano, con él mismo y con todas las comunidades y naciones (Ocio y trabajo en clave de buen vivir, 1-25).

El líder indígena ecuatoriano, Luis Macas Ambuludi plantea uno de los conceptos más completos por su visión del buen vivir como un pilar básico, de respeto por la vida, de construir colectivamente, coexistir con nuestro entorno y ser una misma comunidad (Acosta, “Ocio y trabajo en clave de buen vivir”).

Plevin plantea cómo la falta de conexión con la naturaleza afecta directamente al ser humano, repercutiendo en una inestabilidad mental y emocional. La desconexión con nuestro planeta, dejar de ser una misma comunidad, no solamente afecta nuestro entorno sino también a nosotros. Como planteaba Boff¨ Las estrellas están dentro de nuestro corazón y no solo allá en los espacios infinitos¨ (68), cada elemento de la naturaleza es importante y tenemos que desaprender nuestros estilos de vida marcados por la destrucción y competitividad sin límite para empezar a actuar con responsabilidad, siendo conscientes de que las consecuencias de nuestro comportamiento irracional nos involucran a todos.

Las consecuencias ante la desconexión cada vez mayor entre la naturaleza y la sociedad han generado un ¨ trastorno por déficit de la naturaleza ¨ (Pérez, 125). Necesitamos del medio ambiente y este necesita de nosotros; cuando este vínculo se rompe, ocurre un desequilibrio. El poder del bosque, sus sonidos, olor, luz… nos ofrece la oportunidad de reconectar con la naturaleza, nos dan la sensación de bienestar, nos quita el estrés y nos permite lograr equilibrio y felicidad.

Kieffe refiere cómo(…) la lucha contra la pobreza implica mejorar la calidad de vida de la gente, tomando en cuenta criterios no solamente económicos, sino también humanistas, sociales, culturales y ambientales¨(10). Replantearnos una nueva economía y nuevos estilos de vida se hace una necesidad en la actualidad, pero no es posible respetar la vida ni concatenarnos con el entorno si primero no entendemos nuestra existencia humana y la espiritualidad como expresión del buen vivir en búsqueda de la identidad y vida en comunidad.

Existen experiencias de esta práctica como la presencia en el 2008 en la constitución ecuatoriana donde se adoptó el buen vivir como una línea fundamental para diseñar estrategias buscando la armonía con la naturaleza, fortaleciendo y transformando las políticas y modelos del país (Orbe et al.), en la agricultura familiar en México (Torres et al.135) en los modelos de gestión social (Saltos), en la construcción de redes estratégicas cooperativas (Díaz-García et al.103), como diálogo de saber e investigaciones interdisciplinarias (Díaz-Muñoz, 28), en la formación de valores (Díaz, L. R. P.) y otros campos. Son diversas las esferas en que se ha desarrollado, cada una tratando de construir un espacio diferente y tributando a una economía más solidaria.

Una economía del buen vivir es posible cuando el ser humano desarrolle su espiritualidad, piense en su entorno como su hogar y en las demás personas como sus hermanos, solo así es posible vivir en comunidad.

Referencias bibliográficas:

  • Acosta, Alberto. «El Buen Vivir como alternativa al desarrollo. Algunas reflexiones económicas y no tan económicas.» Política y sociedad, vol. 52, n.º 2, 2015,
    págs. 299–330.
  • ———. «Ocio y trabajo en clave de buen vivir. Reflexiones para construir otro futuro». Trabalho Necessário, vol. 22, n.º 47, 2024, págs. 1–25.
  • Boff, Leonardo. Dimensión Política y Teológica de la Ecología. Consejo Ecuménico de Cuba, 1994.
  • Carrillo, Patricia del Hierro. «La invisible “mano invisible” de Adam Smith». Revista de economía institucional, vol. 21, n.º 40, 2019, págs. 143–161.
  • Díaz, L. R. P. «La filosofía, bioética y el buen vivir en la formación de valores necesarios: Philosophy bioethics and good living». RETOS XXI, vol. 8, n.º 1, 2024.
  • Díaz-García, L. et al. «El Yeknemilis o buen vivir, principio de la comunalidad para la construcción de redes estratégicas en una cooperativa». Ciencias Administrativas.Teoría y Praxis, vol. 20, n.º 1, 2024, págs. 103–17.
  • Díaz-Muñoz, J. G. «Reflexiones sobre el buen vivir desde tres miradas epistémicas: revisión de la literatura, diálogo de saberes e investigación interdisciplinar». REVISTA
    DYCS VICTORIA, 2024, págs. 28–44.
  • Fernández, A. Economía Política de la Construcción del socialismo: Fundamentos generales. Félix Varela, 2002.
  • Kieffe, Maxime. «Conceptos claves para el estudio del Turismo Rural Comunitario». El periplo sustentable, n.º 34, 2018, págs. 8–43.
  • Orbe, Jorge et al. Buen vivir y cambio de la matriz productiva: Reflexiones desde el Ecuador. Vol. 12, Universidad de Cantabria, 2016.
  • Pérez Bonet, Gregorio. «Iniciación a la metodología Shinrin Yoku: la magia de los baños de bosque». Educación y futuro digital, n.º 22, 2021, págs. 125–32.
  • Plevin, Julia. El poder sanador de los baños de bosque: Conecta con la calma y la creatividad a través de la naturaleza. 2020.
  • Rojas Molina, Joaquin et al. «Formación de emprendedores para una economía del Buen Vivir». Interconectando Saberes, n.º 17, 2024, págs. 43–57.
  • Saltos Alcívar, María Guadalupe. Modelo de gestión social para el logro del buen vivir en la Corporación Fortaleza del Valle de la ciudad de Calceta. 2024.
  • Schumacher, E. F. Lo pequeño es hermoso. Akal, 2011.
  • Torres-Solís, Mauricio et al. «Buen vivir y agricultura familiar en el Totonacapan poblano, México». Íconos, n.º 68, 2020, págs. 135–54.

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