Antier perdí a mi madre desgastada.
Ayer partió Pablito Milanés.
Fueron una mujer y un bayamés
con muy poco en común, acaso nada.
Mi madre no era afín al son cubano
ni a la canción protesta ni al panfleto.
Pero el piano de Pablo, su gran piano
le hacía estremecerse por completo.
Esta mañana, sumamente gris,
algo mío los junta y los hereda.
Pido que Pablo cante y ella pueda
tocar el piano sana, al fin feliz.
Hacer de ese concierto mi país
es el único sueño que me queda.
por: Gleivys Coro Montanet