Infamia contra Pablo Antonio
A cuestas lleva setenta y pico de años y el perenne arrastre de una pierna inmovilizada por una rígida estructura de metal y cuero que ha de portar; no obstante, imponiéndose al dolor y cansancio, apenas se sienta. Su vista, devanándose entre el desenfoque y la bruma, producto de la catarata, le entorpece todos sus quehaceres, incluido el andar; pero sus ojos no cesan.