La mística de la cotidianeidad, una forma de vivir la vida.
Karl Rahner
Una de las grandes aspiraciones de todo ser humano es aprender a vivir para hacer su proceso de auto-desarrollo consciente. Todo este saber hacerse es una clave para obtener el éxito esperado en su vida. Lo importante en este tiempo es conocer mejor su composición para poder humanizarse en sociedad en esta vorágine que atravesamos en nuestra Aldea Global.
Conocer cómo somos nos lleva a saber cuáles son los principios de vida a seguir para el crecimiento humano integral. Esta es la premisa para aspirar a evolucionar nuestra alma, nuestra psiquis, nuestro cuerpo, descubriendo nuestras potencialidades o dimensiones innatas.
Hoy estamos en una etapa prolongada de la pandemia por la Covid 19 donde todo ciudadano de esta Aldea vive sumergido en una atmósfera nociva ante el temor del contagio y la enfermedad, ante las secuelas y ante las múltiples restricciones nunca antes experimentadas.
Unos criterios para entrar a desarrollar el asunto.
- Quién es el ser humano según André Rochais: “La persona nace con un patrimonio genético determinado tanto en el plano fisiológico como psicológico. Su personalidad está ya en germen de modo innato. Nuestro bagaje genético lleva consigo cierto número de potencialidades; estas no son independientes unas de otras. Están interconectadas y ordenadas. Tienen también sus límites constitutivos que sólo se revelarán con el pleno desarrollo de esas potencialidades”.
- El fondo del ser humano. Del autor: “El lugar donde hay que alcanzar al hombre para que todo se ponga en su lugar, el fondo del ser, ahí donde está lo positivo”
- El valor de la experiencia. Carl Rogers: “La fuente de todo conocimiento auténtico reside en la experiencia inmediata de sí mismo y de otros; una experiencia que, partiendo de la experiencia cotidiana, se desprende de lo que ésta contiene de prejuicios y de marcos intelectuales diferentes”
- La dimensión relacional de la persona: “Los seres humanos, en su naturaleza, no son auto-suficientes, están constituidos para la relación, para el intercambio y la comunicación. Aspiran a dar y necesitan recibir. Su humanización y su crecimiento se realizan gracias a unas relaciones humanas”.
- La apertura a una trascendencia: “En lo profundo de todo ser humano se puede percibir experiencialmente «una apertura a una Trascendencia, es decir, a una realidad mayor que uno mismo, en cierto modo infinita y al mismo tiempo íntima a uno mismo».
Saber vivir en el fututo inmediato
El tema está destinado a cómo encaminarnos hacia el tiempo venidero partiendo de la realidad actual. El ciudadano de esta Aldea Global y más concretamente, el cubano, necesita de una iluminación precisa acorde a su naturaleza, necesidades e inquietudes.
La luz requiere ser de un amplio espectro para que llegue al fondo positivo de cada persona que subraye las dimensiones más carenciales. Por su parte, cada persona necesita estar atenta a buscar la señal de donde venga, en especial, la iluminación interior.
El gran secreto de esta post pandemia o nueva normalidad está en: re-considerar al «ser humano integral». Esta es condición sine qua non para hacer un proceso global, nacional, instituciones, familiar y personal. Cito un criterio muy elocuente de José Luis Martin Descalzo: “Sólo un mundo de hombres cambiados será un mundo cambiado”.
Tres aspectos clave. Sintetizo lo que estimo es básico para el resurgir de todos, cristianos y otros, en esta Aldea Global:
- El re-surgir la Iglesia Católica en su ser y en su modo del quehacer siguiendo la orientación (luminaria) del papa Francisco.
- El re-emerger de las personas y la sociedad aplicando la resiliencia.
- El valor de la fe cristiana centrada en su aspecto experiencial.
La nueva etapa necesita de estas coordenadas para salir de la crisis superando esta y las subyacentes. El papa Francisco afirmó: “De las crisis nunca se sale igual, o se sale peor, o se sale mejor”.
El re-surgir la Iglesia Católica
Tomo como base el discurso del Papa en Bratislava el 13 de septiembre y del mismo un criterio que marca un rumbo: “Sólo en el seguimiento de Cristo podemos superar repliegue y la introversión de toda «autorreferencialidad eclesial». El centro de la Iglesia no es ella misma. Salgamos de la preocupación excesiva por nosotros mismos, por nuestras estructuras, por cómo nos mira la sociedad… Adentrémonos en cambio en la vida real, la vida real de la gente”.
La convocatoria a un Sínodo muestra la concreción de lo que se quiere. El mismo se abrirá el próximo mes de octubre y se extenderá hasta 2023 lleva como título: Por una Iglesia Sinodal: Comunión, participación y misión.
Un párrafo del documento… “La sinodalidad representa el camino a través del cual la Iglesia puede renovarse por la acción del Espíritu Santo, escuchando juntos lo que Dios tiene que decir a su pueblo. Sin embargo, este camino recorrido juntos no sólo nos une más profundamente los unos a los otros como Pueblo de Dios, sino que también nos envía a llevar adelante nuestra misión como testimonio profético que abarca a toda la familia humana, junto con nuestras denominaciones cristianas y otras tradiciones de fe”.
La resiliencia
La especialista Silvia del Valle nos dice: “La resiliencia es la capacidad humana de asumir situaciones límite y sobreponerse a ellas. Las personas resilientes no solo son capaces de sobreponerse a las adversidades que les ha tocado vivir, sino que van un paso más allá y utilizan esas situaciones para crecer y desarrollar al máximo su potencial”.
La experiencia de Dios
Juan A. Estrada precisa: “La fe significa participar de la experiencia de Cristo, lo que se ha aprendido en la doctrina se convierte en experiencia». Raimon Pannikar añade: “La experiencia de Dios es la raíz de toda experiencia. Es la experiencia en profanidad de todas y cada una de las experiencias humanas: del amigo, de la palabra, de la conversación. Es la experiencia subyacente a todas las demás experiencias humanas”.
La Religiosidad según el rabino León Klenicki “es un fervor por lo sagrado, un hacer realidad la experiencia de Dios, el sentir esa experiencia en la vida diaria, en el trabajo, en la calle”.
Xavier Melloni precisa: “la experiencia de Dios amplifica nuestra percepción de lo Real en la medida que va eliminando nuestros condicionamientos y bloqueos. Cuanto más profunda se hace nuestra experiencia de Dios, tanto mayor y más nítida es la percepción de lo que existe, porque participando del ser de Dios, podemos participar cada vez más de todo lo que es”.
Un punto para hablar tímidamente de la santidad, pues ya apenas se habla de la aspiración natural de los cristianos. La presento desde un ángulo poco acentuado se trata del entusiasmo.
Luis González-Carvajal define el entusiasmo según la palabra griega en Theós que significa poseído por Dios. Hace referencia al entusiasmo de los primeros discípulos cercanos al Maestro y prosigue: “La experiencia del entusiasmo consiste en sentirse poseído por una energía extraordinaria que convierte en pequeñas las mayores dificultades e impulsa a tomar iniciativas de envergadura. Como define Petit Robert: “Una emoción intensa que impulsa a la acción con alegría. Esta sensación es una de las más gratas que podemos aspirar y alcanzar”.
Si queremos subir la parada a la experiencia del cristiano, la santidad debe ocupar una meta a alcanzar, el vinculado a Cristo siente el entusiasmo-un signo de felicidad.
Consideraciones.
- El sujeto y el objeto de la nueva normalidad es… el ser humano integral.
- El conocimiento de su constitución permite el auto-hacerse consciente y la proyección de su crecimiento renovado al medio social.
- Los católicos necesitamos un nuevo aggiornamento basados en las doctrinas del Vaticano II, las experiencias positivas y las luces que emite el papa Francisco para un despertar promisorio.
- La resiliencia es en estos tiempos una oportunidad para “superar y crecer” conviene profundizar. Una aclaración… no sólo con la resiliencia se sale mejor.
- El sentido experiencial de fe cristiana subrayarlo para promovernos y cooperar a promover vidas más realizadas.
- Enmanuel Levinas amplía: “La fe, es la actitud que pone en ejercicio esa dimensión (la religiosa) como el descubrimiento de los recodos del siquismo no vibran sino al ritmo de Otro de que allí y solamente allí, comienza lo humano del ser”.
- Según Karl Rahner la misión hacia el mundo: “El hombre no sólo vive en un mundo que ha sido dado previamente, sino que también lo hace. La espiritualidad ha de ser vivida también en ese campo de la construcción histórica del mundo”.
- El ser humano es “un todo a intercomunicar en el taller de la vida diaria, la fe cristiana es un cableadocomunicante”.
- Despertar en el hombre el dinamismo de crecimiento innato que le permita evolucionar creciendo en sus dimensiones, en su experiencia interconectada le darán la gran satisfacción del converso: eso es felicidad.
- André Rochais. La persona y su crecimiento. Fundamentos antropológicos de la formación PRH. Madrid. 1997 p 45, 26, 48,49
- Carl Rogers en: ob cit. p 32
- Papa Francisco. Discurso en Bratislava. 13.09.2021
- Silvia del Valle. “Sabes qué es la resiliencia”.Fuente: www.tipsmama5hijos. Catholic nets.
- Juan A. Estrada. La identidad de los laicos. Ed Paulinas, 2ª. ed. Madrid, 1990
- León Klenicki. “¿Religión o religiosidad?” Revista Crecer. Año 65, no. 1, 1995, p. 338 a 43
- Raimon Panikkar. Iconos del misterio. La experiencia de Dios. Ed. Península, Barcelona, 3ª. Ed. 1999
- Enmanuel Levinas cit. por J. E. Collazo en “Teología de los laicos”. Curso de Verano. Instituto Félix Varela. 2002
- Karl Rahner: “Juan de Dios Martín Velasco. Ideologías, religiones y fe cristiana”. En: El hombre ante Dios. Entre la hipótesis y la certeza. Pub. Univ. Pontifica de Salamanca. 2003 p.91
- Xavier Melloni. “La experiencia de Dios como experiencia de lo Real”. Rev. Vida Nueva. no. 2315, 2/02/02
- Luis González-Carvajal. Los cristianos del siglo XXI. 2ª. Ed. Sal Terrae. Santander 2000,105.