Las palabras oración y esperanza recorren las páginas de esta nueva entrega de Vitral. El 2024 fue proclamado por el papa Francisco como Año de la Oración para “redescubrir su gran valor y absoluta necesidad en la vida personal, en la vida de la Iglesia y en el mundo” y preparar el camino para el Jubileo de 2025.
La realidad de una patria que transita por tiempos muy difíciles, donde el cubano constantemente experimenta momentos de oscuridad, miseria y desesperación, provoca levantar la mirada al cielo y preguntarse, como el salmista, “de dónde me vendrá el auxilio” (Sal 121). La oración es para el cristiano cubano la respuesta que se ha de dar a toda la madeja de preocupaciones y necesidades. Mirar al cielo pidiendo el auxilio de lo alto ha de ser actitud constante de vida. A propósito de esto, los obispos invitan a todos los fieles a la oración, tanto personal como comunitaria, para pedir a Dios consuelo y fortaleza.
La Iglesia, enviada por su Señor a anunciar la Buena Noticia a toda la tierra, no se queda de brazos cruzados ante lo que ve y padece, sino que busca caminos para “fomentar el estilo de comunión y fraternidad que constituye uno de los tesoros más valiosos de la Iglesia en Cuba”. En su artículo acerca del Plan Pastoral de la Iglesia Católica 2023-2030, el P. Raúl Arderí dirige la mirada hacia la parábola del Buen Samaritano; explica el modo en que los cristianos están llamados a ser prójimos y también alerta de “la tentación de dar un rodeo y no reconocer a los heridos del camino”.
Desde el hecho de sabernos prójimo del otro, y también desde la acción que esta condición reclama, se alza ante nuestra vista un signo de esperanza. Esperanza esta que nace de la fe en Cristo, que muerto y resucitado, nos abre el camino hacia la vida verdadera. Solo desde nuestra proximidad, esa esperanza puede ser anunciada y contagiada para ser transformante.
¿Cómo ser signos de esperanza hoy? ¿Cómo ser luz cuando incluso no eres capaz de verla? ¿De qué manera se puede ser samaritano en este mundo con tanta gente al borde del camino? ¿Cómo vivir la radicalidad evangélica en los momentos difíciles y límites? ¿Cómo tener esperanza contra toda esperanza? ¿Cuál ha de ser el motor para ser cristianos auténticos? A estas y otras preguntas, este número de Vitral tratará de acercarse para dar una respuesta desde la fe.