El tiempo de Cuaresma nos prepara espiritualmente para acompañar a Cristo durante la Semana Santa y celebrar con Él la gloria de la resurrección.
Con la conmemoración del Miércoles de Ceniza, el pasado 14 de febrero, inició en la diócesis un recorrido de 40 días de preparación al Misterio Pascual: encuentros de oración, exposiciones del Santísimo, y pequeños retiros acomodaban el corazón para el tiempo futuro. Así, el 24 de marzo, cada parroquia aclamaba a Jesús entrando en Jerusalén. Se abrían las puertas a la Semana Mayor.
La Iglesia Católica que peregrina en Las Martinas, la parroquia Ntra Sra. de Guadalupe en Cabaña y la Sagrada Familia en Pinar del Río, recibió a cuatro misioneros que compartirían esos momentos especiales con ellos.
Durante los Días Santos, se experimentaron ratos intensos de oración: la noche del Jueves Santo y el Viernes, acompañando a Cristo por las calles de la ciudad vueltabajera y de diversas localidades a través del rezo del Vía Crucis. El Sábado Santo se ofrecieron responsos en los cementerios y se veló la mañana de la Resurrección con la celebración de la Vigilia Pascual, donde en comunidades como San Pedro Apóstol se administraron varios sacramentos de la Iniciación Cristiana. Al concluir la Misa del Domingo de Resurrección, la comunidad de la Catedral preparó un sencillo compartir festivo con el apoyo de la Hermandad de la Virgen del Carmen y el grupo de Emaús.
Las diversas pastorales que impulsan la vida comunitaria en las parroquias también festejaron la alegría del Resucitado. En el Cristo de la Esperanza, pequeña comunidad en el camino al Hoyo del Guamá, tras experimentar la dinámica cuaresmal del camino de conversión, los niños de la Catequesis celebraron el encuentro pascual. Los jóvenes de Ntra. Sra. de los Remedios igualmente dedicaron un sábado a la conmemoración de este misterio, y en la Catedral, no solo los niños tuvieron su fiesta de Pascua, sino también los juveniles y jóvenes, así como el grupo del Adulto Mayor.
Así ha caminado la Iglesia pinareña durante estos meses de febrero a mayo. De manera simultánea hemos vivido fiestas patronales, Misa Crismal, encuentros de formación de Cáritas, etc.; todo ello con el deseo de anunciar a Cristo Vivo y hacerlo presente en medio de su pueblo.